viernes, 19 de febrero de 2010

Arbol de Fuego

Diré en mi defensa que me encanta mi tierra y ver este árbol me fascina, y no solo a mi, también al poeta niño de mi tierra, Don Alfredo Espino que extaciado con su belleza le dedico este poema


árbol de Fuego
de Alfredo Espino

Son tan vivos los rubores
de tus flores, raro amigo,
que yo a tus flores les digo:
"Corazones hechos flores".

Y a pensar a veces llego:
Si este árbol labios se hiciera...
¡ah, cuánto beso naciera
de tantos labios de fuego...!


Amigo: qué lindos trajes
te ha regalado el Señor;
te prefirió con su amor
vistiendo de celajes...

Qué bueno el cielo contigo,
árbol de la tierra mía...
Con el alma te bendigo,
porque me das tu poesía...

Bajo un jardín de celajes,
al verte estuve creyendo
que ya el sol se estaba hundiendo
adentro de tus ramajes.

Que impresionante la inspiración de Don Alfredo



Alfredo Espino, poeta bucolico salvadoreño, escribio este encantador poema dedicado al árbol de fuego, una de las especies mas plantadas, por su belleza, en El Salvador.

Nativo de Madagascar, en el sur de África, este exótico árbol está muy difundido en las regiones tropicales.
Bautizado en esta región con el nombre perfecto –pues, nada más cercano a este encendido paisaje de remolinos rojos aterciopelados-, es de tamaño irregular, se ramifica a muy poca altura, con una copa extendida, en forma de sombrilla. Muchas veces, en la base del tronco, se pueden observar raíces que se extienden varios metros sobre la superficie del suelo. La corteza, de color gris, algo lisa, presenta grietas por el desprendimient o de ramas; si se le hace una incisión, brota una savia espesa, rojiza, que se endurece por el contacto con el aire, sellando la herida para evitar la entrada de insectos o enfermedades.

Las hojas del árbol de fuego son bipinnadas y alternas, conformadas por 12 o más pares de pinnas. Cada pinna está compuesta por 15 0 más pares de folíolos opuestos; como todas las leguminosas, durante la noche los folios se cierran por la oscuridad.

En la estación seca, el árbol bota las hojas para dar comienzo a la floración, y las nuevas hojas brotan poco tiempo después, cuando el árbol aún tiene flores, a principios de la estación lluviosa.

Las flores, fragantes, de colores que van desde el anaranjado hasta el rojo encendido, se agrupan en grandes y globulares inflorescencia s. Las flores individuales son grandes, hasta 10 y más centímetros de diámetro, con cinco pétalos. El fruto son unas vainas largas aplanadas, de color café.

El árbol de fuego es, como su nombre científico refiere, la belleza regia, plena, de la campiña salvadoreña, no sólo por el maravilloso espectáculo que brinda como árbol ornamental sino por la duración de su floración, que abarca un periodo bastante largo, de febrero a julio, tiempo durante el cual brinda a las abejas abundante néctar y polen.

Salu2 a tod@s

Mr. Moon.

La vida es un 10% como viene y un 90% como la tomamos

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