martes, 31 de agosto de 2010

La ilusión del libre albedrío

Intente no pensar en un oso blanco. Inténtelo con ganas: no piense en un oso blanco. ¿A que no puede evitarlo? Este es el experimento al que sometió a sus alumnos Daniel Wegner, un profesor de psicología de Harvard. Después les pidió que hablaran durante cinco minutos sobre cualquier cosa que se les ocurriera. “Mencionaron un oso blanco enseguida”, comenta Wegner. “Si después les pedía que pensaran en cualquier cosa, mencionaban más veces a un oso blanco que a los que les dije que pensaran en él”. Un experimento tan sencillo como éste nos revela lo difícil que resulta cumplir con lo que consciente y libremente hemos escogido.

El libre albedrío, que viene a ser la relación entre nuestros pensamientos y nuestras acciones, es una posesión muy querida. E, irónicamente, es lo primero que intentamos sacudirnos de encima para exculparnos de ciertos actos, por supuesto negativos. También resulta curioso cómo ponemos el grito en el cielo por cualquier alusión a un determinismo biológico –no nos gusta que nos digan que parte de lo que somos se encuentre en los genes- pero aceptamos con agrado el determinismo ambiental que pulula por telediarios, consultas de psicoterapeutas y juzgados. Lo usamos como excusa de todo: nuestras malas acciones son causa de los malos tratos en la infancia, de la pornografía, del alcohol, las drogas, las letras de ciertas canciones…

La revista New Yorker publicaba hace unos años una viñeta donde una mujer decía ante un tribunal: “Es verdad, mi marido me pegaba por la infancia que tuvo; pero yo le maté por la que tuve yo”. En los juicios, los famosos atenuantes que alega la defensa son legión. En 2007 el abogado de Ricardo, un hombre que disparó dos cargadores sobre un conductor por atropellar levemente a su hija, adujo que padecía una “patología psicológica grave” desde pequeño, derivada de que presenció el atropello mortal de un hermano suyo. Este hecho, señalaba el abogado, había marcado su vida “y pudo influir en su actitud cuando vio a su hija tendida en el suelo”. ¿Dónde queda aquí el libre albedrío?

El experimento del oso blanco de Wegner –que se ha repetido hasta con animales imposibles como un conejo verde- se engloba en lo que se conoce como supresión del pensamiento, dejar de tener en la mente ciertas ideas. Como técnica de control mental, puede crear obsesiones. Dicho de otro modo: si nos pasamos el día apartando de nuestra mente la idea de comida porque estamos a dieta, no dejaremos de pensar en ella. Es mucho peor que tenerla todo el día en la cabeza: “Puedes llegar a cansarte si piensas siempre en algo. Intentar no hacerlo es lo que lo mantiene en nuestra cabeza”, sentencia este físico metido a psicólogo que colecciona gafas con narices y mostacho de Groucho Marx. Nuestra libertad de acción con lo que sucede dentro de nuestro cerebro no es tan amplia como creemos. Y al parecer, tampoco la tenemos fuera.

En 1983 Benjamin Libet y sus colegas de la Universidad de California en San Francisco realizaron un peculiar ensayo. Los participantes debían observar un reloj cuya manecilla daba una vuelta completa cada 2,56 segundos. Mientras estaban atentos a la manecilla, eran libres de flexionar la muñeca en el momento que quisieran. Lo único que debían hacer era tomar nota mentalmente de la posición de la manecilla cuando decidían mover la mano. En otra variante del experimento, los sujetos debían estimar en qué momento habían movido realmente la mano. Por su parte, Libet medía con electrodos la actividad eléctrica en las áreas motoras del cerebro –lo que se llama el potencial de alerta- y en los músculos implicados en el movimiento de la muñeca. Dicho de otro modo: podía determinar cuándo el cerebro mandaba la señal a los músculos para actuar y cuándo éstos se ponían en marcha.

Libet encontró que, como era de esperar, el deseo de mover la mano aparecía antes de que el sujeto tuviera conciencia subjetiva de que había realizado el movimiento. Sin embargo, la sorpresa surgió cuando descubrió que la preparación nerviosa real para el movimiento, el potencial de alerta, aparecía entre 0,3 y 0,5 segundos antes de que el sujeto decidiera conscientemente que quería mover la mano. Según los psicólogos S. S. Obhi, de la Universidad de Ontario Occidental, y P. Haggard, del Colegio Universitario de Londres, especialistas en acción y percepción humanas, “el sentimiento de intención puede ser efecto de la actividad de preparación motora del cerebro y no una de sus causas”.

El experimento de Libet fue el primer impacto en la línea de flotación del libre albedrío. Los realizados desde entonces demuestran que el cerebro va por delante de nuestra intención consciente a la hora de realizar un movimiento; sale con ventaja antes de sentir que hemos decidido hacer algo. Aún más, los experimentos de Libet muestran que creer que estamos empezando a mover la mano empieza 86 milisegundos antes de que realmente suceda. Para este psicólogo el cerebro responde a los estímulos exteriores y la consciencia es la forma que tiene de racionalizar las acciones que ya ha decidido realizar. Esto no quiere decir que no ejerzamos ningún control sobre ellas: podemos modificar las que están en marcha. Así, Libet sustituye el libre albedrío por la libre censura: el cerebro propone y la mente dispone.

El problema no puede ser más interesante: Si no estamos al tanto de lo que hacemos cuando lo estamos haciendo ¿qué percibimos? Es más, ¿cómo surge la idea de que controlamos nuestras acciones? Para estudiarlo Wegner diseñó, junto a Emily Pronin de Princeton, un experimento vudú. Un voluntario realizaba la clásica maniobra de pinchar con agujas un muñeco mientras su ayudante, otro voluntario que secretamente estaba conchabado con los investigadores, o bien mostraba desagrado o apoyaba efusivamente la acción.

Como en todo vudú que se precie, al cabo de un rato la víctima empezaba a decir que sufría dolor de cabeza. A partir de este momento, en el caso en que el ayudante se mostraba en desacuerdo, el hechicero tendía a responsabilizarse del dolor de cabeza. Es un claro ejemplo de pensamiento mágico y supersticioso, como creer que por usar cierto bolígrafo se aprueba un examen. Estamos ante lo que se llama una ilusión de control. ¿Pasa lo mismo con el libre albedrío? Para Wegner la situación es clara. Percibimos dos situaciones, el pensamiento y la acción, y nuestro cerebro une los puntos independientemente de que exista una relación causa-efecto. El cerebro la asume y punto.

Otro descubrimiento llamativo es que nuestro cerebro percibe más próximos en el tiempo de lo que en realidad están el acto de volición consciente y la acción. Esto lo probó Patrick Haggard con un peculiar experimento. El voluntario debía pulsar con la mano izquierda un botón. Al hacerlo se disparaba una estimulación magnética transcraneana que le producía un tic en el índice de la mano derecha. Mirando un reloj el voluntario debía fijarse cuándo pulsaba el botón y cuándo sentía el tic. En otra tanda de experimentos la estimulación magnética la provocaba una palanca accionada por un motor que obligaba al voluntario a pulsar el botón de manera involuntaria.

Pues bien, el intervalo de tiempo transcurrido entre pulsar el botón y aparecer el tic era percibido de forma distinta en el caso de que la pulsación fuera voluntaria o involuntaria. Si creemos que hemos decidido nosotros, la causa y el efecto son percibidos como temporalmente más cercanos. ¿Será que el cerebro crea una intensa sensación de asociación temporal entre nuestros deseos y las acciones subsiguientes? ¿Querrá así afianzar la idea de nuestra responsabilidad consciente en esa acción?

Para Wegner el sentimiento del libre albedrío requiere, primero, ser consciente de que las intenciones preceden a las acciones; segundo, que las intenciones han de ser consistentes con las acciones y, tercero, no ha de haber otra causa perceptible de la acción. Para comprobar que estos tres requisitos bastan para provocar la ilusión de control en las personas Wegner diseño otro experimento peculiar. Dos sujetos debían desplazar el cursor sobre la imagen de uno de los objetos presentados en la pantalla del ordenador al oír el nombre correspondiente. Pero lo que uno de ellos no sabía es que era el otro quien movía su cursor. Pues bien, si la palabra relevante, por ejemplo pan, la escuchaba entre 1 y 5 segundos antes de moverse el cursor hacia la imagen, creía que él lo había movido. Pero si se la escuchaba 30 segundos antes o un segundo después, no existía esa falsa sensación de control. La moraleja es que el cerebro decide que es el causante de lo sucedido después de realizar una acción. No obstante, otros trabajos indican que para que surja esa sensación de control tanto las acciones como sus efectos deben coincidir con las intenciones del sujeto. Si no es así, la ilusión de control desaparece.

Todos estos resultados hacen pensar a muchos científicos que el libre albedrío no es más que un espejismo creado por el cerebro. Mark Hallett, del National Institute of Neurological Disorders and Stroke, dice: “El libre albedrío existe, pero es una percepción, no una fuerza rectora. La gente experimenta el libre albedrío. Creen que son libres. Pero cuanto más escudriñas, más te da cuenta de que no lo tenemos”. A los investigadores como Wegner no les interesa decidir si existe o no, sino por qué creemos que lo tenemos. Sus experimentos le indican que nuestro cerebro está programado para creer que si pensamos en algo, ese algo va a suceder; nos hace creer que controlamos nuestras acciones.

Para ilustrar este punto veamos qué sucedió cuando Wegner llevó al laboratorio un número clásico de los cómicos. Una persona, delante de un espejo, viste un traje, pero son los brazos de otra persona situada detrás los que pasan por las mangas. Lo curioso es que si lleva puestos unos cascos que le predicen un momento antes cómo se van a mover los brazos, aparece en el sujeto una sensación de control sobre ellos. El cerebro, automáticamente, asumía que controlaba esos brazos.

¿A qué conclusión nos llevan todos estos trabajos? Suponiendo que existiera el libre albedrío, no hay manera de distinguir cuándo nuestras acciones responden a nuestros deseos (por ejemplo, estirar la mano para coger una galleta) de aquellas en las que se trata de una ilusión. Si nuestro cerebro es incapaz de diferenciar ambas, ¿Cómo podemos estar seguros de que existe el libre albedrío? ¿Es siempre esta sensación de control una quimera? No lo sabemos. Wegner compara la elección consciente con un mago realizando su espectáculo. Aparentemente, los efectos que realiza el ilusionista son causados por el movimiento que percibimos de sus manos, pero no es así. Ahí algo más que no vemos y es la verdadera causa. Del mismo modo, la simple decisión consciente de hacer algo no tiene por qué ser la causa de que lo hagamos.

Tanto si es una ilusión como si no, la noción de libre albedrío es útil y adaptativa, esto es, da ventaja evolutiva. Lo necesitamos para vivir; el mundo no tendría sentido para nosotros si creyésemos que los comportamientos de los demás no estuviesen causados por ellos mismos. Diversos investigadores, como Elizabeth Spelke de Harvard, en experimentos con bebés con tan solo unos pocos meses, han demostrado que poseen diversas habilidades mentales, como estimar si hay muchos o pocos objetos en una imagen, o que tienen (o creen tener) algo parecido a una noción de libre albedrío.

Sin embargo no todo está perdido. En 2007 Bjorn Brembs, de la Universidad Libre de Berlín parece haber encontrado la tabla de salvación en una de las mejores amigas de los biólogos, la mosca de la fruta. Los animales, y particularmente los insectos, suelen compararse con robots que solo responden a estímulos externos. ¿Qué pasaría si no los tuvieran? Para explorarlo Brembs colocó la mosca en una habitación blanca, sin ningún tipo de pista visual.

En lugar de volar siguiendo un patrón totalmente aleatorio, como el ruido blanco de una radio no sintonizada, “el análisis de los datos descubrió una variabilidad en las elecciones de la mosca que revelaba una firme componente no-lineal, propia de los procesos biológicos”: el cerebro de la mosca iba generando espontáneamente un plan de vuelo predeterminado. “La decisión de torcer a la izquierda o la derecha de la mosca, que cambiaba todo el tiempo, provenía del cerebro”, dice. ¿Ha encontrado una base biológica para el libre albedrío? Brembs lo cree así. Para él es una función básica del cerebro. “No hemos demostrado que exista el libre albedrío, sino que puede existir”, sentencia George Sugihara, el matemático del The Scripps Institution of Oceanography de la Universidad de California en San Diego que analizó los datos. “Hemos eliminado las dos propuestas clásicas contra el libre albedrío: la aleatoriedad y el determinismo puro”. Esto no implica, por supuesto, que la simpática mosca tenga conciencia.

Otro golpe al anti-libre albedrío ha venido de la Facultad de Psicología de la Universidad de Queensland, Australia. Allí los trabajos desarrollados en 2007 por Derek Arnold sobre cómo enfermedades como el autismo, la esquizofrenia o la dislexia modifican la percepción del tiempo, ponen en duda una cuestión que subyace a los experimentos de Libet y compañía: la percepción subjetiva del paso del tiempo. Arnold ha descubierto que detectamos los grandes cambios más rápidamente que los pequeños. No sólo eso, también nos parece que tienen lugar antes que los cambios pequeños. “La magnitud del cambio tiene un mayor impacto en la percepción del tiempo transcurrido en una secuencia de hechos (timing) que en la capacidad para detectar ese cambio”, comenta Arnold. Dicho de otro modo, somos conscientes de que algo ha cambiado (por ejemplo, si hemos tenido un tic) cuando estamos seguros de ello, no cuando lo detectamos por primera vez.

¿Qué implica este descubrimiento sobre el libre albedrío? Los experimentos de Libet parten de una suposición básica: tenemos un acertado sentido del timing. Pero los experimentos de Arnold sugieren todo lo contrario. “Somos conservadores; nuestra valoración del timing refleja cuándo estamos seguros de la detección, no de cuándo lo detectamos por primera vez”. El retraso encontrado por Libet puede estar relacionado con este hecho: no nos fijamos en la hora del reloj cuando decidimos por primera vez mover la mano, sino cuando estamos convencidos de que lo hemos decidido. “Somos responsables de nuestras decisiones –dice Arnold-. Simplemente no estamos muy seguros de cuándo las hemos tomado”.

En dos experimentos recientes, los psicólogos Kathleen Vohs de la Universidad de Minnesota y Jonathan Schooler de la Universidad de Columbia Británica han puesto a prueba el efecto que tiene creer en el libro albedrío sobre nuestro comportamiento ético. Para ello, propusieron a varios estudiantes realizar un examen de matemáticas ante un ordenador, pero se les advertía que el programa no funcionaba del todo bien porque a veces las respuestas aparecían en la pantalla. Para evitar verlas debían presionar la barra de espaciado tan pronto como asomaran. En definitiva, se apelaba a la honradez de los estudiantes. Previo al examen se les habían dividido en dos grupos. A uno se les había entregado un texto donde se afirmaba que estaba científicamente demostrado que el libre albedrío era una ilusión, un efecto espurio de la química cerebral. A la otra mitad no se les dijo nada. ¿Qué grupo copió más en el examen? El primero. En un segundo ensayo los psicólogos dieron a sus estudiantes un test cognitivo muy difícil. Debían resolverlo sin ayuda y al final les cantaban las respuestas para que se autocorrigieran. Por cada acierto podían levantarse y coger un dólar de un sobre situado en el otro extremo de la habitación. Aquellos que creían en el libre albedrío fueron más reticentes a autorregalarse el dólar.

Ahora bien, para estos investigadores sus resultados no son generalizables ni explican nuestras formas de conducta éticas, mucho más importantes que el mero hecho de copiar en un examen. Sin embargo, muchos creen que si no existe el libre albedrío nos dedicaríamos a hacer lo que quisiéramos por obra y gracia del mantra “qué importa”. No tiene por qué ser así, del mismo modo que no creer en un ser superior deviene en una falta de moral absoluta. ¿No es más probable que dudar de la existencia del libre albedrío nos sirva para proporcionar una excusa ante los demás por haber hecho lo que nos dio la gana? Dice un viejo aforismo que el carácter es hacer aquello que debes hacer aún sabiendo que puedes hacer cualquier otra cosa. El problema fundamental se encuentra, como apunta el psicólogo Steven Pinker, en que acabamos confundiendo explicación con exculpación. ¿Saben que es lo más curioso? Sea el libre albedrío una ilusión o no lo sea, todo seguiría como hasta ahora.

y bueno salu2 a tod@s y Felíz cumpleaños al abogado del Diablo Denis que recientemente estuvo de cumpleaños.

Mr. Moon.
La vida es un 10% como viene y un 90% como la tomamos.

jueves, 26 de agosto de 2010

Dinosaurios en 3D

Las reconstrucciones de dinosaurios y otras criaturas en 3D que el paleontólogo de la Universidad de Ohio, Lawrence M. Witmer, ofrece desde su canal de youtube. Docenas de videos de corta duración que muestran aspectos morfológicos y biológicos, acompañados de una descripción al pie de los mismos.




a todas luces muy buenos



no dejen de ver su web en http://www.oucom.ohiou.edu/dbms-witmer/
Salu2 a tod@s
Mr. Moon
La vida es un 10% como viene  y un 90% como la tomamos.

Bathypterois grallator El Pez Tripode




En el vídeo se puede ver a un ejemplar de Bathypterois grallator nadando en las proximidades del fondo marino. Este extraño pez (perteneciente a la familia de losIpnopidae) habita en las profundidades de la zona batipelágica, y como muchas de las criaturas del fondo del mar tiene un punto de rareza “quasi-extraterrestre”.
Como se puede ver en el vídeo, este pez tiene la particularidad de contar con tres “zancos” (no se me ocurre otra forma más descriptiva de llamarlos) que parten de sus dos aletas pélvicas y de la caudal. El pez emplea estas extensiones para apoyarse en el fondo y esperar pacientemente desde su atalaya a los crustáceos de los que se alimenta.
Observando el vídeo captado por un ROV a 
750
 1.443 metros de profundidad, me llama la atención que las tres prolongaciones rígidas que usa para reposar sobre el fondo parezcan tan flexibles cuando el pez nada (al menos la de cola).
fuente www.amazings.es 
Salu2 a tod@s
Mr. Moon
La vida es un 10 % como viene y un 90% como la tomamos.

El extraño caso de las llamaradas solares y los elementos radiactivos

Es un misterio que se presentó inesperadamente: El decaimiento radiactivo de algunos elementos depositados tranquilamente en los laboratorios de la Tierra, parece estar influenciado por las actividades internas del Sol, a 150 millones de kilómetros de distancia.

¿Es esto posible?
Investigadores de Stanford y de la Universidad de Purdue creen que sí. Pero su explicación de cómo sucede abre la puerta a un nuevo misterio.
Incluso hay una posibilidad de que este efecto inesperado sea causado por una partícula previamente desconocida emitida por el sol. “Eso sería realmente notable”, dice Peter Sturrock, profesor emérito de Stanford de Física Aplicada y experto en el funcionamiento interno del sol.
La historia comienza, en cierto sentido, en las aulas de todo el mundo, donde a los estudiantes se les enseña que la tasa de decaimiento de un material radiactivo específico es una constante. Este concepto es usado, por ejemplo, cuando los antropólogos usan el Carbono-14 para datar antiguos artefactos y cuando los médicos determinan la dosis adecuada de radiactividad para tratar el cáncer en un paciente.
Números aleatorios
Pero esta suposición fue desafiada de manera inesperada por un grupo de investigadores de la Universidad de Purdue que, en ese momento, estaban más interesados en los números aleatorios que en el decaimiento nuclear. (Los científicos usan largas cadenas de números al azar para una variedad de cálculos, pero son difíciles de producir, ya que el proceso utilizado para producir los números tiene una influencia en el resultado.)
Efraín Fischbach, profesor de física en Purdue, estaba estudiando la tasa de decaimiento radiactivo de diversos isótopos como una posible fuente de números aleatorios generados sin ninguna intervención humana. (Una masa de material radiactivo Cesio-137, por ejemplo, puede decaer a un ritmo constante total, pero los átomos individuales dentro de la masa se desintegran en un patrón impredecible y aleatorio. Así, la cadencia de las señales aleatorias de un contador Geiger colocado cerca del Cesio podría utilizarse para generar números aleatorios.)
Conforme los investigadores estudiaban datos publicados sobre isótopos específicos, se encontraban con discrepancias en las tasas de decaimiento medidas – algo extraño para supuestas constantes físicas.
Comprobando los datos recogidos en el Laboratorio Nacional Brookhaven en Long Island, y en el Instituto Federal Físico y Tecnológico de Alemania, se encontraron con algo incluso más sorprendente: la observación a largo plazo de la tasa de decaimiento del Silicio-32 y del Radio-226 parecía mostrar una pequeña variación estacional. La tasa de decaimiento fue incluso ligeramente más rápida en invierno que en verano.
¿Era real la fluctuación, o era simplemente un problema técnico en el equipo utilizado para medir el decaimiento, inducido por el cambio de estaciones, con los subsiguientes cambios en la temperatura y la humedad?
“Todo el mundo pensó que tenía que deberse a errores experimentales, porque a todos se nos ha enseñado que las tasas de decaimiento son constantes”, dijo Sturrock.
El Sol habla
El 13 de diciembre 2006 el propio Sol proporcionó una pista crucial, cuando una erupción solar envió una corriente de partículas y radiación hacia la Tierra. Mientras medía la tasa de decaimiento del Manganeso-54, un isótopo de corta vida utilizado en el diagnóstico médico, el ingeniero nuclear Jere Jenkins, de Purdue, se dio cuenta de que la tasa se reducía ligeramente durante la erupción, una disminución que se inició alrededor de un día y medio antes de la llamarada solar.
Si esta aparente relación entre las llamaradas solares y las tasas de decaimiento resultase cierta, podría dar lugar a un método de predicción de las erupciones solares antes de su aparición, lo que podría ayudar a evitar daños a los satélites y redes eléctricas, así como a salvar la vida de los astronautas en el espacio.
La tasa de decaimiento de las aberraciones que Jenkins indica tuvieron lugar durante la mitad de la noche en Indiana, lo que significa que algo producido por el Sol habría recorrido todo el camino hasta la Tierra para llegar a los detectores de Jenkins. ¿Qué podría enviar la llamarada que tuviera tal efecto?
Jenkins y Fischbach supusieron que los culpables de estas alteraciones en la tasa de decaimiento fueron probablemente los neutrinos solares, las partículas casi sin masa famosas por volar casi a la velocidad de la luz a través del mundo físico – humanos, rocas, océanos o planetas – virtualmente sin interaccionar con nada.
Entonces, en una serie de artículos publicados en Astroparticle PhysicsNuclear Instruments and Methods in Physics Research y Space Science Reviews, Jenkins, Fischbach y sus colegas demostraron que las variaciones observadas en los ritmos de decaimiento eran altamente improbable que procedieran de influencias ambientales en los sistemas de detección.
Motivo de sospecha
Sus hallazgos refuerzan el argumento de que las extrañas oscilaciones en las tasas de decaimiento fueron causadas por neutrinos procedentes del Sol. Los cambios parecían estar sincronizados con la órbita elíptica de la Tierra, con las tasas de decaimiento oscilando a medida que la Tierra se acercaba más cerca del Sol (donde estaría expuesta a más neutrinos) y luego se alejaba.
Así que había buenas razones para sospechar del sol, pero ¿podría ser demostrado?
Aparece entonces Peter Sturrock, profesor emérito de Física Aplicada de Stanford y experto en el funcionamiento interno del Sol. Durante una visita al Observatorio Solar Nacional en Arizona, a Sturrock le fueron entregadas copias de los artículos de revistas científicas escritas por los investigadores de Purdue.
Sturrock sabía por su larga experiencia que la intensidad de la lluvia de neutrinos que el Sol envía continuamente hacia la Tierra varía en forma regular hasta que el Sol se gira y muestra una cara diferente, como una versión más lenta de la luz giratoria en un vehículo policial. Su consejo a Purdue: Busque evidencias de que los cambios en el decaimiento radiactivo en la Tierra varía con la rotación del sol. “Eso es lo que sugerí. Y eso es lo que hemos hecho”.
Una sorpresa
Volviendo a echar otro vistazo a los datos de decaimiento del laboratorio de Brookhaven, los investigadores encontraron un patrón recurrente de 33 días. Fue un poco una sorpresa, dado que la mayoría de las observaciones solares presentan un patrón de unos 28 días – la velocidad de rotación de la superficie del Sol.
¿La explicación? El núcleo del Sol – donde las reacciones nucleares producen neutrinos – aparentemente gira más despacio que la superficie que vemos. “Puede parecer contrario a la intuición, pero parece como si el núcleo girara más lentamente que el resto del Sol”, dijo Sturrock.
Todas las pruebas apuntan hacia la conclusión de que el Sol está “comunicándose” con los isótopos radiactivos en la Tierra, dijo Fischbach.
Pero hay una importante cuestión que permanece sin respuesta. Nadie sabe cómo los neutrinos podrían interactuar con materiales radiactivos para cambiar su velocidad de desintegración.
“No tiene sentido de acuerdo a las ideas convencionales”, dijo Fischbach. Jenkins fantásticamente agregó: “Lo que estamos sugiriendo es que algo que realmente no interactúa con nada está cambiando algo que no se puede cambiar”.
“Es un efecto que todavía nadie entiende”, concuerda Sturrock. “Los teóricos están empezando a decir: ‘¿Qué está pasando?’ Pero eso es lo que apunta la evidencia. Es un desafío para los físicos y también un reto para la comunidad solar”.
Si la misteriosa partícula no es un neutrino, “Tendría que ser algo que no conocemos, una partícula desconocida que también es emitida por el Sol y tiene este efecto, lo que sería aún más notable”, dijo Sturrock.

Salu2 a tod@s y Feliz cumpleaños a Cristina (que si es esa) allá en México pues estuvo de cumpleaños
Mr. Moon.
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lunes, 23 de agosto de 2010

Inicia Juicio contra Record por contaminación ambieltal

El Juzgado de Sentencia de Santa Tecla realiza hoy la vista pública contra la empresa Baterías de El Salvador  (BAES) por el delito de contaminación ambiental agravada.

Esta constituye la tercera reprogramación de fecha de la vista pública del caso, ya que originalmente se esperaba realizarse en abril 2010.


Según informó el Movimiento sin Plomo (MSP), la defensa de Baterías de El Salvador pidió un recurso para que las autoridades de Salud den explicaciones sobre ciertas irregularidades en sus declaraciones por lo que pidieron el nuevo plazo para iniciar el proceso, que tendrá una duración de tres meses.

En julio del 2009, Hugo Reynaldo Trujillo, José Edgardo Brito, y Arturo Marenco Carballo, jefes de planta de la fábrica Baterías El Salvador (BAES), fueron enviados prisión por su involucramiento en el proceso judicial por el delito contaminación ambiental en el Juzgado de Primera Instancia de San Juan Opico (La Libertad).

Trujillo, Brito y Marenco Carballo son los únicos procesados presentes en el caso por contaminación ambiental que se sigue en su contra; y la BAES, por ser supuestamente responsables de contaminar con plomo varias comunidades aledañas a la empresa, específicamente en el cantón Sitio del Niño, así como de afectar a sus habitantes.

Recientemente, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) decretó Estado de Emergencia Ambiental por un período de seis meses por la contaminación por plomo. La declaratoria permite movilizar todos los recursos disponibles para atender la emergencia.

De igual manera, la viceministra de Salud, Violeta Menjívar, dio a conocer que se darán seguimiento y monitoreo a 121 niños que tienen plomo en su sangre (más de 10 microgramos por decilitro) y se brindará tratamiento a jóvenes y adultos, con el lanzamiento del Plan de Atención Especializada en la zona.

fuente la prensa grafica
salu2 a tod@s
Mr. Moon.
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viernes, 20 de agosto de 2010

Esta el papa Benedicto XVI por encima de la Ley ???

Un interesante artículo nos cuenta que el papa Benedicto podría ser llevado ante la justicia Inglesa este próximo septiembre cuando visite Inglaterra, acusado de encubrir abusos sexuales de sus sacerdotes (con la dispensa para aquellos que no merezcan este epíteto) en innumerables casos por todo el orbe y condenado a las víctimas al silencio y ofrecido tibias disculpas que no bastan, nadie y repito, NADIE, debe estar sobre la LEY, sin importar la vestidura que tenga.

seguir leyendo en http://blogs.elcorreo.com/magonia/2010/4/11/richard-dawkins-quiere-llevar-al-papa-ante-justicia-por

y me hago eco del celebre artículo ¿Hay quien de más? de Javier María


En estos días, no pocos portavoces católicos se preguntan con desgarro por qué se hace hincapié en los casos de pederastia protagonizados por curas, cuando esa práctica aberrante se da en todas las profesiones. El beato Prada, en un artículo de Abc particularmente farisaico, venía a decir, incluso, que en una sociedad enferma como la nuestra es natural que se contagien –pobrecillos– hasta algunos de los más virtuosos, una verdadera minoría en el conjunto de la población pecadora, haciendo caso omiso de que los sacerdotes siempre son una minoría en ese conjunto –y cada vez más–, y que el porcentaje de sus depravados resulta escandalosamente alto respecto a la totalidad del clero, que es como debe medirse y no respecto a la suma de los ciudadanos. (Y lo que ha salido a la luz lo ha hecho, además, contra presiones y omertà forzosa.) Sus palabras, como tantas otras veces, parecían dictadas por la Conferencia Episcopal, y en concreto por el Cardenal Cañizares, quien ha tenido el cinismo de armar que las noticias relativas a los abusos sexuales de menores perpetrados por religiosos no sólo no le preocupan en demasía, sino que son meros “ataques” que pretenden que “no se hable de Dios, sino de otras cosas”, como si hablar de cualquier asunto impidiera hacerlo de Dios (tal vez aspire a eso, a que nadie hable de nada … más que él y los suyos de Dios).

El Secretario de Estado Vaticano ha declarado por su parte que “Hay personas que intentan desgastarnos”. Es de suponer que esas “personas” están encabezadas por los niños que, en silencio y temor, sufrieron manoseos y violaciones a cargo de sus custodios, y que, ya adultos y con menos pánico, se atreven ahora a levantar sus quejas. Pero quizá la reacción más taimada ha sido la del propio

Papa, quien ha quitado importancia a esos abusos recurriendo a la cita evangélica “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, como si su Iglesia no llevase siglos tirando piedras contra todos los pecadores (según su criterio), aterrorizándolos con la amenaza del infierno, persiguiendo a disidentes y herejes, quemándolos de vez en cuando, forzándolos a abjurar de sus convicciones, expulsando a los que se desviaban del dogma, imponiendo a creyentes y a no creyentes su fe y su concepción de la moral, obligando a todos a cumplir con sus preceptos, dictando leyes a su conveniencia. ¿Por qué se hace hincapié en los delitos sexuales cometidos por eclesiásticos? Porque éstos llevan la vida entera haciendo hincapié en los “pecados” de los demás, y han condenado y castigado con dureza sus faltas y debilidades. Porque son ellos quienes en buena medida han decidido qué era delito y qué no. Porque ellos han reclamado secularmente –y en España (y también en El Salvador) siguen, hasta donde pueden– la exclusividad en la formación, enseñanza y adoctrinamiento de los niños. Porque a lo largo de la historia han dicho o exigido a los padres: “Entregadnos a vuestros vástagos, somos lo mejor para ellos”. Hasta quienes tuvimos la suerte de no ir a colegios religiosos en la clerical España de Franco (y también en el país de MonseñorROMERO)  sabemos que los tocamientos por parte de profesores con sotana estaban a la orden del día, y que legiones de niños los padecían sin poder rechistar. La imagen del cura vergonzantemente sobón o salido formaba parte
del paisaje nacional (y supongo que en algunos internados la actitud ya no era vergonzante, sino indisimulada y aun descarada).

Los religiosos no podían ser denunciados ante la justicia y obraban impunemente, y, como se ha comprobado ya en Irlanda, Estados Unidos, Austria, Alemania, Italia (el fenómeno se repite acusatoriamente), sus superiores, por lo general intolerantes con la población, eran en cambio tan tolerantes con sus subordinados viciosos que nunca los castigaban ni exponían ante la sociedad: los encubrían y se limitaban a trasladarlos de lugar, para que en el nuevo prosiguieran o reiniciaran, libres de sospecha, sus carreras delictivas. ¿Es culpa del celibato? Puede ser, en parte. Pero si uno piensa en la mentalidad de un pederasta, es fácil imaginar que éstos optaran por adscribirse a la Iglesia en masa, por las enormes ventajas que les ofrecía: acercanza de los niños y permanente contacto con ellos; su obediencia asegurada y autoridad moral sobre sus creencias; lenidad o connivencia de la jerarquía; impunidad garantizada, como la tuvo el fundador de los Legionarios de Cristo, Maciel, durante décadas; certeza de que jamás irían a dar con sus huesos en la cárcel, por mucho que se propasaran con las criaturas. Esta institución ha sido, sin duda alguna, el ideal del pederasta vocacional: gozaba de patente de corso a su amparo y le ponía bien a tiro a sus víctimas. Visto lo visto, confiar un hijo a los curas ha venido a ser como poner el gallinero al cuidado de una guardia infiltrada de zorros. No quiero decir que todos los sacerdotes sean sospechosos, en modo alguno. Pero es indudable que la Iglesia ha sido tradicionalmente no ya un magnífico refugio para los pederastas, sino el ámbito en que éstos han podido desenvolverse a sus anchas y sin peligro, y en el que sus posibles presas les eran servidas en bandeja o en patena. Cuando un eclesiástico comete abusos sexuales contra menores, claro que se hace hincapié en ello: porque ese acto encierra varias bajezas añadidas: abuso de confianza y de poder, manipulación de inocentes, aprovechamiento de posición dominante, doble rasero, hipocresía flagrante, profanación y prevaricación, corrupción y chantajes morales, amedrentamiento de la víctima cuando no su terror... En fin, ¿hay quién de más?


Salu2 a tod@s
Mr. Moon.
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"La educación es mejor sin FE" (Richard Dawkins)


El número de escuelas religiosas en el Reino Unido se está incrementando día a día. Actualmente hay 7.000 colegios religiosos financiados con fondos públicos.
Después de rodar numerosos documentales sobre religión y creacionismo, el etólogo y divulgador Richard Dawkins presenta en Channel 4 un nuevo proyecto titulado Faith School Menace en el que aborda la problemática de la educación religiosa a edades tan tempranas. El documental se distribuye además en el resto del mundo a través del canalAtheist Media.
Consta de 4 partes (enlazadas) y aún no tiene subtítulos en castellano. Aun así, es una buena recomendación para esta tarde de viernes.
Ciertamente, el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclama que "los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos". En casi la mayoria de constituciones se afirma genéricamente el derecho al "pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales" y de modo más específico, nuestra Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación establece que "los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos".

Cabe cuestionarse, sin embargo, cuáles son los límites al ejercicio de estos derechos, especialmente cuando 1) entran en conflicto con el "interés superior del niño", reconocido en su derecho a recibir una educación que respete el desarrollo "de sus aptitudes y de su juicio individual" (Art. 7 de la Declaración de los Derechos del Niño); y también cuando 2) el ejercicio de la "libertad religiosa" y del "derecho a la educación" arriesga justamente esos "principios democráticos de convivencia" que consagra nuestro derecho positivo.

La serie documental que acaba de estrenar Richard Dawkins en el Channel 4 británico, Faith school menace, trata justamente de responder a los problemas que plantea este balance de derechos.

En Gran Bretaña, uno de cada tres colegios son religiosos y reciben financiación pública. Una tendencia acentuada desde el mandato del laborista Tony Blair que, en armonía con el principio papal de la "laicidad positiva", amplió el derecho a abrir colegios públicos religiosos a confesiones no cristianas (principalmente hindués, musulmanas y judías).  y la que se avecina como nueva ley de "libertad religiosa" promete seguir la senda multicuturalista de la socialdemocracia británica, no limitando, sino ampliando los privilegios actuales de la iglesia católica a las demás confesiones religiosas (particularmente, al protestantismo, en función de su mayor presencia).

Ante el peligro inminente de segregación entre confesiones, la difícil alternativa que plantea Dawkins es una educación pública sin fe (aunque no ignorante de la religión, como fenómeno histórico y antropológico de primera importancia), idealmente orientada a promocionar el pensamiento crítico, no el adoctrinamiento, entre los niños. En la parte final del documental aparece Deborah Kelemen, psicóloga interesada en el aprendizaje infantil que ha subrayado en los últimos años las tendencias "creacionistas" y "teístas" de los niños, una base "natural" que permitiría a la educación religiosa jugar con ventaja con respecto a la educación secular o científica.

Y bueno sería que se enseñe y no se engañe a los niños, igual que se les enseña sobre mitología griega, egipcia o romana, se pudiera ver a la luz de la razón, que quizá nuestras sociedades, tengan su propia mitología (religión), válida por que no, pero mitología al fin y quizá no tan original como ya se mencionó en otra entrada (Las similitudes entre Osiris y Jesucristo)
Salu2 a tod@s  y Feliz cumpleaños a Mr. Charton que hoy esta de cumpleaños
Mr. Moon
La vida es un 10% como viene y un 90% como la tomamos

miércoles, 18 de agosto de 2010

¿Que sigue después de las cachiporristas?

Recientemente se ha generado una polémica en nuestro país, porque la primera dama (Brasileña) le dió por opinar y prohibir las cachiporristas (esas chicas con minifaldas que abren los desfile patrios y otras festividades) según ella porque denigran a la mujer, como bien dicen, debería recordar su carnaval de brasil, pero en fin, me llegó esta tira de humor que me mato de la risa y la comparto con tod@s ustedes. (clic en la imagen para ampliar)


salu2 a tod@s y feliz cumpleaños a mi buena amiga Delmy Lazo, pues esta de cumpleaños, éxitos

Mr. Moon.
la vida es un 10% como viene y un 90% como la tomamos.

martes, 10 de agosto de 2010

¿Cómo arruinar una sesión de estrellas fugaces en 13 sencillos pasos?

El buen amigo Gavilán nos relata de forma humorística como disfrutar de este fenómeno


El siguiente es un documento preparado para la Comunidad de
Hiperespacio Físico, por una pregunta sobre qué hacer para arreglar
una sesión de estrellas fugaces, la cual concebí en un tono un tanto
irónico y tal vez sarcástico, pero con la única finalidad de que el
público lector cibernético se interese en la investigación científica
e incremente su afán de navegar sanamente en Internet. 
Este artículo se realizó sin fines de lucro; en los enlaces que se
mencionan a continuación las ideas expresadas y el software son
responsabilidad de esos sitios web y no reflejan necesariamente la
conformidad de pensamiento de este Grupo. 
¿Cómo arruinar una sesión de estrellas fugaces en 13 sencillos pasos? 
Por Gavilán 
 1.- La primera sugerencia, imprescindible para arruinar una sesión de
estrellas fugaces, es nunca consultar cuándo se realizará ciertamente
una. 
Así que nunca, amigo lector, pero “nunca” se entere ni consulte sitios
que normalmente se dedican a anunciar este tipo de efemérides
astronómicas, tales como: http://www.laflecha.net/canales/ciencia ,
http://www.portalciencia.net/astroefe.html ,   http://www.astroguia.org/efemerides/calendario
http://www.astronomos.org , http://www.circuloastronomico.cl/index.html
,  sólo por nombrar algunos de los que ahora yo recuerdo. 
Ahora que si prefiere la radio, "no" visite   http://www.radiokosmos.org
, la estación de los astrónomos, con información de efemérides
astronómicas y algo más, como es la difusión de la mejor página de
traducciones al español de artículos de la NASA y la ESA: http://www.astroseti.org 
2.- Nunca elija un buen lugar: es muy probable que si se queda en
casa, cuando a su alrededor existen miles de luces, consiga el
objetivo de echar a perder la sesión.
Pero si su casa está en el campo, o decide salirse de las luces de esa
ciudad, es muy probable que al menos vea una estrella fugaz, y tal
vez, ¿por qué no?, pedir un deseo. 
¿A dónde ir? 
Una ligera ojeada con Google Earth:   http://earth.google.com en
combinación con:  http://www.space.com/php/multimedia/zoomviewer/index.php?display_img=...
, y a la sazón estará en un terreno disponible para realizar un buen
avistamiento. 
3.- Es imprescindible que nunca consulte el clima. Sitios como:
http://espanol.weather.com revelarán si la anunciada noche de lluvia
de estrellas será más bien una noche de lluvia de agua. 
En caso de que usted viva en una zona propensa a huracanes, una
pequeña hojeada a   http://www.nhc.noaa.gov , le evitará fuertes
dolores de cabeza –o salvarle la vida- por quedarse atrapado en una de
estas alimañas. 
4.- Cuando llegue al campamento de observación, preocúpese por
dormir.
Tiendas de campaña, una buena comilona, pastillas, o léase la Teoría
General de la Presión Universal..., etc, son los mejores métodos para
quedarse dormido y no ver ni una estrella fugaz en toda la noche... 
¿es el objetivo, no? 
5.- Encienda una buena fogata. Eso tal vez le calentará en los fríos
de la madrugada, y las únicas estrellas fugaces que podrá apreciar
serán los tiznes encendidos de los leños que atiza para mantener su
salchicha asada. 
Pero si además de encenderlo el fuego se le sale de control,
posiblemente aparecerá en las estadísticas de incendios forestales que
rastrea la NASA desde el espacio y que podrá darles seguimiento con el
programa gratuito NASA World Win:  http://worldwind.arc.nasa.gov
6.- Asegúrese que esa noche habrá por lo menos un 70% de luna para que
la oscuridad nocturna sea tan resplandeciente que ninguna estrella
fugaz pueda ser vista. 
La mayoría de las páginas de astronomía proporcionan constante
información de la luminosidad de la Luna. 
Ahora que si lo quiere es personalizar su ordenador, bájese el The
Fourth Day a un módico costo, o en versión de prueba aquí:
http://www.eveningshow.com/the_fourth_day.htm 
7.- Nunca intente llevar un pequeño telescopio o binoculares. 
Y no diré que es para ver las estrellas fugaces -ya que estos meteoros
son demasiado rápidos y espontáneos para captar su seguimiento en las
lentes-, sino para desapercibir todos los sucesos que pasan en el
firmamento nocturno que acompañan estas sesiones. 
8.- Relacionada con la anterior: De preferencia no lleve ningún mapa.
Si no es celeste, mucho mejor. Así no sabrá qué está mirando. 
Programas gratuitos como Stellarium:
http://www.stellarium.org le dará una buena idea de los objetos
celestes y las constelaciones del firmamento nocturno, así como el
software Cartes du ciel: http://cartes-du-ciel.iespana.es en donde
podrá imprimir su propio mapa celeste para llevar. 
9.- El frío nocturno es despiadado. Ya sea en la zona más cálida –
sobre todo en los desiertos- o más fría, la temperatura nocturna
bajará muchos grados de lo que ascendió durante el día, al amparo del
los rayos solares. Si quiere arruinar no sólo la sesión de estrellas
fugaces, sino además coger una gripe, no lleve una chamarra o algún
cobertor para pasar las horas mirando el cielo bajo el frío inclemente
de la noche. 
10.- Es probable que al alejarse de la ciudad haya elegido un lugar
aislado de gente, pero colmado de todo tipo de bichos. Lo mejor que
pudo hacer es ir sin ningún tipo de repelente. La citronela es el
repelente natural por excelencia, a base de Bálsamo de limón, Hierba
limón, Melisa y Toronjil. 
11.- Esta otra sugerencia va un poco relacionada con la anterior: no
lleve ni un poco de alcohol: Si con todo y repelentes le han picado
los mosquitos, que mejor que sin un poco de alcohol para desertar en
ese vil objetivo de observar estellas fugaces. 
12.- Aprenda todos los cuentos de los versados en ovnis. 
Es muy probable que cuando vuelva estará convencido de que su objetivo
de arruinar la sesión de estrellas fugaces fue un éxito porque observó
tal cantidad de objetos voladores no identificados que en cualquier
momento podría ser abducido. 
Ahora que si le gusta rastrear extraterrestres inteligentes, bájese el
SETI@HOME:  http://setiathome.ssl.berkeley.edu , programa con el cual
contribuirá enormemente a la búsqueda de inteligencia extraterrestre,
a base de señales de radio previamente captadas en diversos
radiotelescopios y luego enviadas a su ordenador para que las compute
y tal vez encuentre alguna secuencia lógica que pertenezca a alguna
civilización extraterrestre inteligente que haya inventado una forma
de intercomunicación a distancia tan sencilla como son las ondas de
radio. 
13.- Nunca lleve un block de notas. Así, los sucesos comunes y
corrientes que acontecen en una sesión de estrellas fugaces, nunca
podrá conocerlos el mundo. 
Me refiero a esos simples hechos tales como anotar la hora de su
primer avistamiento y a quién o a qué se lo habrá dedicado, o tal vez
el posible paso de un satélite al que habrá confundido en un principio
con una nave interplanetaria –un programa muy interesante para darles
seguimiento es el Orbitron; descárgelo gratuitamente aquí: http://www.stoff.pl
-, o bien, para anotar algunas recomendaciones útiles de qué hacer o
qué llevar a una sesión de estrellas fugaces: ya verá que siempre
habrá alguien que se le ocurra preguntar. 
Por último, y ya nada más porque dicen que el “13 es de mala suerte”,
no lea “nunca” Astronomía, Física y Misiones Espaciales 
Así estará convencido por qué esta no es la mejor comunidad de
Astrofísica de la Web. 
Saludos cordiales, en Amistad y Respeto. 

Salu2 a tod @s

Mr. Moon.
La vida es un 10% como viene y un 90% como la tomamos