miércoles, 1 de septiembre de 2010

Don Rafael Barraza


Iniciando el mes de la patria mi primera entrada esta dedicada como no, a los símbolos patrios, en este caso el Escudo Nacional, por una razón que descubrirá el(la) amble lector(a) sobre el final de este artículo.

El Escudo de El Salvador fue creado junto con la actual Bandera Nacional por el Decreto Legislativo del 17 de mayo de 1912, siendo Presidente de la República el doctor Manuel Enrique Araujo. Fue diseñado por el calígrafo salvadoreño Rafael Barraza Rodríguez, que se impuso sobre treinta competidores en un concurso promovido por el entonces Ministerio de Guerra y Marina, en 1912.

biografia de rafael barraza

Nació don Rafael Barraza Rodríguez el 31 de Octubre de 1879 en la ciudad de San Salvador, República de El Salvador en Centro América. Fue el tercer hijo de cuatro del matrimonio de Don Miguel Barraza y Doña María Rodríguez, terratenientes, cristianos católicos, quienes inculcaron en él la fe de Cristo y el amor a la humanidad. Los hermanos de don Rafael fueron Miguel, Mercedes, Amparo y María. Don Rafael se casó con doña Teódula Monterrosa Escobar, viuda de Morán De León, procreando cinco hijos (Josefa (Fita), Teódula Isabel, Félix Rafael, Refugio Elena y Berta Rosario) que se sumaron a dos ya existentes del primer matrimonio de doña Teódula: Rosendo Morán Monterrosa y Guillermina Morán Monterrosa.

Rafael Barraza hizo los estudios primarios en la ciudad de San Salvador, terminando los estudios secundarios y superiores en la ciudad de Guatemala. Desde muy temprana edad, don Rafael demostró su afición a las letras, pues en lugar de jugar con sus amigos a la pelota, él se acogía a libretas de dibujo y pinceles y gustaba mucho de coleccionar objetos de arte. Tal dedicación a lo intelectual y artístico lo llevaron al desarrollo de la obra cumbre de su vida: la creación del Escudo de Armas de la República de El Salvador.

En 1898, a la edad de 19 años, pasa a desempeñar el cargo de Escribiente del Consejo de Estado, puesto que lo relaciona personal y directamente con don Tomas Herculano de Jesús Regalado, Presidente de la Republica de El Salvador, quien presidía tal Consejo.

Un año después, en 1899, Rafael comienza su carrera diplomática en el Ministerio de Relaciones y Justicia (hoy Ministerio de Relaciones Exteriores), donde desarrollaría toda su carrera profesional. Comienza como calígrafo del Ministerio en junio del mismo año y es allí que demuestra lo mejor de su repertorio en letras y caligrafía. Desarrolla sus habilidades y conocimientos en los escritos, que en esa época se debían elaborar a mano y presentar personalmente. Debían llevar una nítida presentación; no error, no errónea ortografía o dibujo de exposición en la caligrafía. Rafael fue siempre delicado, cauteloso y atento a no cometer errores en la presentación de sus trabajos.

Ese mismo año, y pocos días después de haber comenzado a trabajar en el Ministerio, es nombrado oficialmente Calígrafo del Ministerio de Relaciones Exteriores (el diccionario de la Real Academia Española describe “Calígrafo” como aquella persona que escribe a mano con letra excelente). Cartas, manuscritos, diplomas o declaratorias que se enviaron desde el Ministerio a distinguidas personalidades del ámbito diplomático, así como a mandatarios de estado, llevaban su inigualable maestría de la letra impresa de un gran calígrafo.

A los 32 años, Rafael fue nombrado Colaborador de la Secretaría Privada de la Presidencia de la República. Fue el Doctor, médico-cirujano de profesión, Manuel Enrique Araujo Rodríguez (1911-1913) quien, por el continuo trato con Rafael y las muestras de éste en el campo diplomático, lo designó su colaborador inmediato en el ramo de Extranjería. Al término del mandato del Dr. Araujo Rodríguez (1914), don Rafael desempeña el cargo de Ayudante de la Sección Diplomática en el Ministerio de Relaciones Exteriores, puesto ocupa durante tres años. Por la capacidad intelectual, los méritos demostrados y los conocimientos, don Rafael fue ascendido en 1917 al puesto de Ayudante de la Oficialía Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Dos años después, en 1919, asciende aún un eslabón en su carrera profesional; es llamado por el Presidente de la Republica, don Jorge Meléndez Ramírez (PND, 1919-1923), para desempeñar el cargo de Colaborador de la Secretaria Particular de la Presidencia de la Republica. En este periodo de su vida don Rafael fortalece, engranda y cimenta lo que después sería en su vida la efectividad, entereza de carácter y amor a su patria. En el correr diario de su nuevo trabajo, aprende las tácticas y habilidades del gobierno efectivo, enseñadas por el Presidente, hombre que por ser del “clan” Meléndez, tenia la experiencia gobernativa de sus hermanos.

Don Alfonso Quiñónez Molina (PND, 1923-1927), en su tercer periodo como Presidente Constitucional de la Republica de El Salvador, lo retiene y conserva como su Primer Colaborador en la Secretaría Particular de la Presidencia de la Republica, puesto extremadamente de confianza. En el mismo año de 1923, deja la colaboración presidencial para desempeñar el cargo de Oficial Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Republica de El Salvador. No obstante, e insatisfecho por la naturaleza evolutiva de su carácter, don Rafael desempeña alternativamente la Dirección y Redacción del Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores.

En 1924, Don Alfonso Quiñónez Molina se siente acéfalo en su Secretaria Presidencial y llama de nuevo a don Rafael para ejercer el cargo de Primer Colaborador de la Secretaria Particular de la Presidencia de la Republica. El presidente Quiñónez Molina expresó en un momento: “considero a don Rafael Barraza Rodríguez un colaborador con experiencia, capacidad y dedicación para tenerlo a mi lado”, palabras que don Rafael, al sentirse tan halagado, comunicó a la familia, según contó su hija Josefa (Fita) Barraza de Ulloa Choto.

Rafael Barraza Rodríguez murió el 19 de Febrero de 1948. El reconocido calígrafo salvadoreño, autor del Escudo Nacional Salvadoreño, falleció a sus 69 años a causa de un paro cardíaco. Existen dos versiones de la muerte de don Rafael. La primera contada por la hija Josefa (Fita) Barraza de Ulloa Choto: “La familia residía en la casa ubicada en la esquina formada por la 1ª Calle Poniente y 9ª Avenida Norte, justo enfrente al edificio del Banco Central de Reserva. Mi padre expiró pocos momentos después de que la familia estaba reunida en el comedor principal de la casa y se dedicaban a tomar el desayuno. A mi padre, ya se le había servido una taza de café, y él se disponía a mezclar el azúcar cuando se fue yendo al lado izquierdo, desplomándose al suelo”. Su muerte fue certificada por el doctor Rosendo Morán Monterrosa. La segunda versión la proporciona la otra hija Refugio Elena, que cuenta que “de eso estoy más que segura, pues fue mi propio papá el que llamó a su hijo, diciéndole que cuando saliera al Hospital Militar, pasara por la casa, sin decirle para qué. Al llegar, supimos por mi hermana Minita que Chen, mi hermano, lo encontró ya muerto, todavía en la silla del comedor, donde estaban desayunando”.

La creación del escudo nacional de El Salvador

Como ya se dijo el escudo elaborado por don Rafael fue adoptado oficialmente el 15 de septiembre de 1912, cuando era Presidente de la República don Miguel Enrique Araujo. Un decreto de la Asamblea Nacional, emitido el 20 de marzo de 1916 y publicado en el Diario Oficial siete días después (27 de Marzo de 1916), cuando era Presidente don Carlos Meléndez Ramírez en su segundo periodo, oficializó la adopción. Dice su hija Refugio Elena Barraza, viuda de Dávila Trujillo: “La presidencia de Araujo sacó a concurso la reforma del que fuera entonces el Escudo de la Federación de Centro América decretado en 1865, y como es sabido, la reforma hecha por mi padre fue la ganadora en 1912.”

Los originales del escudo elaborado por el señor Barraza Rodríguez, uno en negro y otro en colores, fueron exhibidos en la vitrinas de la Ferretería Sagrera, en el centro de la Capital, varios días del mes de Agosto de 1912, junto con los trabajos de los 29 otros concursantes. Refiere un cronista que “frente a la exhibición comenzó a desfilar público capitalino, y todas las miradas se detenían con insistencia en el escudo de los laureles y los pabellones”.

Su hija Josefa (Fita) Barraza de Ulloa Choto recordaba sobre la ejecución de dicha obra: “Mi padre nunca estuvo satisfecho con las bases del certamen y por ello le agregó al escudo los cinco pabellones de El Salvador que rodean al triángulo equilátero, para soportar más la idea de la unión Centro Americana”; también don Rafael agregó los dos ramos de laureles que abarcan en conjunto. Un Decreto de la Asamblea Nacional, emitido el 20 de Marzo de 1916 y publicado en el Diario Oficial, dio fuerza de Ley a las dos insignias agregadas. El Presidente de la Republica era don Carlos Meléndez, el Ministro de Guerra y Marina el Dr. Enrique Córdova, y presidía el Congreso don J. M. Batres.

Don Rafael Barraza Rodríguez se inspiró en el sueño e ideal por el que luchó y murió Francisco Morazán al elaborar el Escudo de Armas. Por ello imprimió su ideal de una Centro América unida al incorporar los volcanes y banderas que representan los cinco países que componen el istmo de Centro América: Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.

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Todavía existen en nuestra sociedad, distinguidas familias descendientes de personajes insignes como lo fuera Don Rafael Barraza y Don Francisco Morazán

y como dijo Jack el Destripador...... "Vamos por Partes....."


Dice Francisco Ulloa Mondragón (Tataranieto, primo Paqín) "Bueno, Francisco Morazán se casó con doña María Josefa Lastirí y tuvieron una hija legítima llamada ADELA, que se casó en 1855 en la ciudad de Cojutepeque (El Salvador) con el licenciado Cruz Ulloa. De ahí nacieron dos hermanas mellizas: tía Josefina y tía Mercedes, tío Francisco y mi abuelo Esteban (Ulloa Morazán). Esteban se casó con Elisa Duke y procrearon los siguientes hijos: Luz, que se casó con Ángel Estévez; José, que se casó con Leonor Llach Shonnemberg; Ernesto, que se casó con Emma Llach Shonnemberg; Esteban, con Ernestina Quiñónez; Franklin se casó con Carmen Mondragón, procreando a este servidor y a Ana María del Socorro y la tía Elisa, que murió en Estados Unidos. Ella se casó en primeras nupcias con Erdley Pursley y procrearon tres hijos. En segundas nupcias se casó con Bad Mach sin procrear descendencia. Hasta ahí llega la última generación de los Morazán".

Se puede agregar a la lista de descendientes de Francisco Morazán, los dos hijos naturales que quiso y protegió durante su vida; estos fueron: el General José Antonio Ruiz, que lo acompañó en sus campañas y don Francisco Morazán Moncada, quien era su preferido y a quien dictó su famoso "testamento", pocos momentos antes de ser fusilado. Entre sus parientes más ilustres, debe de mencionarse a don Dionisio Herrera (Elegido Gobernante de El Salvado, pero no aceptó) y don Diego Vigil, Jefe de Estado de 1836 a 1837.

Del lado de don Cruz Ulloa, los descendientes son las familias: Ulloa-Morazán, Ulloa-Llach, Estévez-Ulloa, Valle-Ulloa, Ulloa-Castro, Ulloa-Barraza, y los descendientes de éstos, formaron las familias:

Levisohn-Ulloa, María Martha, Alfredo Ernesto, Julio Enrique y Carlos Alberto.

Ulloa-Milán, Jorge Rolando, Eduardo Ernesto y Alfredo Enrique.

Ulloa-York, Manuel David, Rafael Fitzgerald, Maximiliano Ernesto y Thomas Joseph.

Ulloa-Patiño, Katherine Stephanie.

Y Ulloa-Fedeli, Adriana María y Gabriela Alessandra.

Sobrevivientes a la muerte de don Rafael
Su esposa Doña Teódula Monterrosa de Barraza Rodríguez (+), sus hijos Dr. Rosendo Morán Monterrosa (+) y Srita. Guillermina Morán Monterrosa (+) (primer matrimonio de Doña Teódula), Doña Josefa (Fita) Barraza Monterrosa de Ulloa Choto (+), Srita. Teódula Isabel Barraza Monterrosa (+), Doña Refugio Elena Barraza Monterrosa de Dávila Tujillo y Doña Berta Rosario Barraza Monterrosa de Martínez Pérez. Estas últimas, son las únicas sobrevivientes directas de Don Rafael, quienes aún viven en California y Miami, Florida, USA, respectivamente.

FAMILIAS

Morán-Cáceres, Barraza-Peñalba, Ulloa-Barraza, Dávila-Barraza y Martínez-Barraza

NIETOS

Rosendo Ernesto, Ana Noemí, José Rolando, Concha Celina, María del Carmen todos de apellido Morán Cáceres.

María Marta, Rolando Ernesto, Manuel David, Ricardo Alfredo, José Roberto todos de apellido Ulloa Barraza.

Rafael Barraza Peñalba (+)

Altagracia Elena (+), Rene Liberato, Sara Leonor, todos de apellido Dávila Barraza.

Ana Berta, José Emilio, Claudia Guillermina, Teresa, Guadalupe, Rafael Eduardo, Olga Margarita, María de Los Ángeles, todos de apellido

Martínez Barraza.


*** particularmente me detengo en René Liberato Dávila, quien contrajo nupcias con Maria Soledad Soley Reyes con quien procreó 2 hijos, Rodrigo Dávila Soley (si el escritor y autor del Grillete del Elefante y amigo personal de este que escribe) y René Liberato Dávila Soley, si el mismisimo Liberachi, Arquitecto, héroe de mil batallas y amigo personal de este que escribe y quienes aparecen en la foto de abajo, si en efecto, si son los descendientes de Rafael barraza y que provocan que se me hinche el pecho de orgullo de conocer a la prole de tan alta estirpe.

Salu2 a tod@s y Feliz cumpleaños a Douglas Chavez quien estuvo de cumpleaños recientemente

Mr. Moon.
La vida es un 10% como viene y un 90% como la tomamos.

1 comentario:

RDavila dijo...

Que orgullo mas grande, pertenecer a tan distinguida familia.... y que enormemente Halagado me siento de que, un GRANDE Y MUY QUERIDO AMIGO, se haya tomado el tiempo para investigar, escribir, y regalarle a El Salvador, en el MES DE LA PATRIA, este profesional reportaje.....
Don Rafael Barraza, Insigne Patrimonio de nuestra gran familia.